miércoles, 23 de octubre de 2024

 

NO ESTAMOS PARA GASTOS


    Subió las solapas de su chaqueta mientras caminaba hacia casa. El viento del norte había vuelto a soplar con fuerza, esa mañana el cielo estaba oscuro como si fuese a anochecer, habra que tener las luces enciendidas todo el día, piensa con fastidio, no estamos para gastos.

    Viene de la farmacia de recoger los pañales de su madre, con la que vivie y a la que cuida. Ahora hay que pagarlos, porque los que entran en el seguro le provocan urticaria, otro desembolso más y eso que no estamos para gastos.

    Madre todavía está en la cama. Eugenia esta preparando el desayuno, deciden levantarla primero y así desayunan juntas.

    La incorporan en la cama, Madre no se queja, musita algo, como dando gracias a Dios por el día nuevo y se deja hacer. También reza de noche, al acostarse recita una letania de diez minutos, antes lo hacia mientras se quitaba las medias y se ponía el pijama. Ahora espera a estar en la cama, ya no es ella quien se quita las medias y piensa que así no la oyen.  Madre no habla. Solo si le preguntan y no suele tener preferecias por nada. No tiene alzeimer, es degeneración, el desgaste de los trabajos, los hijos, los padres, los hogares, los años, la vida.

    La colocan entre las dos con cada uno de sus brazos rodeando los cuellos de sus hijas y la llevan al baño donde la lavan en una estrecha ducha sentada en una silla de enea que está perdiendo el esparto, habría que comprar una mejor, pero no estamos para gastos. 

    La secan y visten entre las dos mientras comentan el final de la pelicula que vieron ayer, a Eugenia le pareció un rollo. 

    -Pero si no la viste- le dice su hermana Julita, -te lías con la costura y no haces caso de la tele.

    Solo estan de acuerdo en que daban muchos anuncios. Estaría bien poder ver pelis en plataforma como hacen los nietos, comentan, pero no estamos para gastos.

    -Madre, ¿Como se encuentra hoy? ¿Prefiere tostadas o galletas con la leche?- pregunta Eugenia

    -Lo que me des estará bien hija mia- Contesta Madre.

    -Mejor galletas que cunden más, no estamos para gastos, dice Julita.

    Y después, cuando han recogido la cocina, hecho las camas y barrido los baños, Julita hace crucigramas y sopas de letras, en un lado del sofa y Eugenia, en el otro termina de remendar unos calcetines, mientras Madre dormita en el sillón al lado de la ventana. Estan en silencio, por la mañana no ponen la televisión, aunque esta mañana si han tenido que encender las luces.

   -He dejado todo preparado, Fermín el de la tienda ya lo sabe- dice de repente Madre, mirandolas fijamente, con los ojos fijos, atentos, conscientes.

    -¿Que ha dejado preparado, Madre? - Pregunta extrañada Julita.

    - Mi caja, mi hueco, mi muerte - dice Madre - y está todo pagado. Que no estamos para gastos- Responde Madre con una sonrisa pícara.




   

    

 

   








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